Pierre Schaeffer (1910-1995) fue el personaje que
tomó el relevo de las ideas germinadas por Russolo y perpetuadas por Varèse.
Formado como ingeniero, Schaeffer comenzó a trabajar en 1946 en la Office de
Radiodiffusion Télévision Française de París. Allí dispuso de todo el soporte
técnico para iniciar sus investigaciones en cuanto a la manipulación y edición
de sonidos pregrabados. Dicha manipulación, respondía a cuatro variables, las
únicas posibles en la época:
-corte y montaje de porciones de sonido
-variación de la velocidad de la grabación
-inversión de la pista de sonido
-combinación distintos sonidos
Mediante esta fórmula Schaeffer fundó lo que él mismo
bautizó como musique concrète (música concreta). Esta se caracteriza por el
hecho de utilizar sonidos naturales grabados mediante micrófono y
posteriormente tratados para construir una pieza musical.
El resultado de estas primeras experiencias fue el
conjunto de obras “Cinq études de bruits” (“Cinco estudios de ruidos”),
realizado en 1948. Los cinco estudios incluían: “Déconcertante ou Étude aux
tourniquets”, “Imposée ou Étude aux chemins de fer”, “Concertante ou Étude pour
orchestre”, “Composée ou Étude au piano” y “Pathétique ou Étude aux casseroles”. En todos ellos se aplica el mismo proceso de manipulación de los
sonidos pregrabados, empleando en cada uno de ellos una fuente de sonido
distinta que tanto puede proceder del sonido de un instrumento musical como los
ruidos más diversos. Por orden, los sonidos con los que se construye cada
“Étude” son, respectivamente: el sonido de un torniquete, el sonido de una
locomotora, música orquestal, un piano y unas cacerolas.
En 1949, Schaeffer se unió al compositor y
percusionista Pierre Henry (nacido en 1927) quien también se sentía atraído por
las nuevas formas de producir música. Juntos compusieron una de las obras más
emblemáticas de la “música concreta”: “Symphonie pour un homme seul” (1950).
Esta composición se basa en el tratamiento de la grabación de distintos sonidos
vocales, que no necesariamente son cantados, sino que incluye tanto texto
hablado como el sonido de la respiración, la risa u otros. Asimismo, otros
sonidos acompañan la pieza, tanto musicales (p.ej.: las notas de un piano),
como ambientales (p.ej.: el ruido de unos pasos).
De la unión entre Schaeffer y Henry surgió también la
fundación del Groupe de Recherche de Musique Concrète (GRMC, “Grupo de
investigación de música concreta”) en 1951. Por él pasaron diversos
compositores clave de la música contemporánea de la segunda mitad del siglo XX,
como Iannis Xenakis o Oliver Messiaen.
Edgar Varèse encontró en el GRMC las posibilidades
técnicas mediante las que finalmente pudo romper su silencio compositivo y dar
respuesta a las inquietudes sonoras que en él se despertaron treinta años
atrás. Con “Deserts” (1954), Varèse inauguró una nueva etapa centrada en la
música electroacústica (composiciones en cuya realización se combinan elementos
de la instrumentalización tradicional con recursos electrónicos, tanto sea
“música concreta” como “música electrónica”), que culminó con la pieza “Poème
électronique”, compuesta para el pabellón Phillips de la Exposición Universal
de Brusselas de 1958.
Otro compositor que se sirvió del estudio de
Schaeffer y Henry fue Karlheinz Stockhausen (1928-2007), quién realizó allí su
primera obra electroacústica “Étude” (1952); el primer paso del compositor cuya
aportación generaría el origen de la música electrónica tal como la conocemos
hoy en día.
Muy interesante.Gracias!
ResponderEliminarEs megor
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