Busoni y la nueva estética




 Un día, súbitamente, me pareció ver claro: el desarrollo de la música está impedido por nuestros instrumentos musicales.
Ferruccio Busoni, “Esbozo para una nueva estética musical” (1907)



 Ferruccio Busoni es el genio visionario al que todos los autores de música electrónica deberían admirar y rendir culto. Es el primer eslabón de una larga cadena (de la que todavía no se vislumbra el fin) que contiene algunos de los cambios más significativos en la evolución de la música en el siglo XX.

Hasta inicios del siglo pasado la música experimentó su evolución dentro de unos márgenes muy definidos. Paralelamente a la pintura, que se desarrollaba siempre entorno a la imitación de la naturaleza, a la representación figurativa, la música se desarrollaba siempre entorno a una pequeña parte de las tonalidades que se encuentran en el mundo auditivo: las 24 tonalidades básicas y sus transposiciones. Sólo se contemplaban en la composición musical aquellas sonoridades que se hallaran dentro de la escala de notas, del mismo modo en que sólo se valoraban en la pintura aquellas representaciones que tuviesen una semejanza directa con la realidad. Todo lo demás no era considerado arte (hoy en día, tristemente, muchos siguen pensando así).
Es a partir de la primera década del siglo XX cuando artistas y músicos advirtieron como esta concepción de la música, la pintura y el arte en general, suponía una enorme limitación de sus posibilidades. En respuesta a ello, Picasso, por poner un ejemplo paradigmático, pinta en 1907 “Las señoritas de Aviñón”.
En el terreno musical, aquel mismo año el compositor italiano Ferruccio Busoni (1866-1924) fue probablemente el primero en advertir de la necesidad de superar las limitaciones de la música tradicional en su “Esbozo para una nueva estética musical”. Aunque existen experiencias previas de búsqueda de nuevas sonoridades y formas compositivas, fue Busoni el primero en hacer una apología directa de la superación total de la sonoridad tradicional.
En dicho texto, Busoni considera que debe superarse la “rutina musical”, el estancamiento en las tradicionales formas de crear música. Hasta entonces el progreso en la creación musical tenía lugar dentro de unos límites inmutables normativos, cosa que hacían más bien de la música artesanía, más que arte. El “Esbozo” propone no sólo romper barreras en la forma cómo moldeamos y ordenamos los sonidos sino también en cuáles son esos sonidos.
Los instrumentos tradicionales son uno de los principales motivos de este estancamiento ya que estos están encadenados a sus registros, timbres y posibilidades mecánicas, dice Busoni. Frente a ello, apuesta por el “sonido abstracto” como medio para alcanzar todas las posibilidades de la música en el aspecto sonoro. Con ello, se adelanta cuarenta años a la llegada de la “música concreta” de Pierre Schaeffer, las primeras experiencias de música electrónica que se centraban en la búsqueda de sonidos lo más precisos y definidos posibles, sólo alcanzables mediante aparatos electrónicos. Ya en 1907 Busoni vislumbraba la necesidad de explorar ese terreno en el que los compositores pondrían la atención hasta la segunda mitad del siglo XX.


Con todo, el compositor italiano propone en su esbozo una superación de los métodos y materiales tradicionales para garantizar una evolución constante e ilimitada en la música. Bach y Beethoven no son para él metas imposibles de sobrepasar, sino la apertura de caminos que las futuras generaciones de músicos deben recorrer.

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